lunes, 13 de diciembre de 2010

LA RATA APESTOSA

ACABO DE LEER, DE RECORDAR LAS PALABRAS DE MI ECLIPSE... ESTA VEZ NO FUE CURIOSIDAD PROVOCADA, FUE CURIOSIDAD NORMAL, CUANDO UNA COSA TE LLEVA A LA OTRA Y A LA OTRA Y DE REPENTE AHI ESTAS... LEYENDO, RECORDANDO, RE-ODIANDO.


ME DOLIÓ ENORMEMENTE DARME CUENTA DE LO NEFASTA QUE FUÍ. CÓMO PROVOCAR Y FOMENTAR LA MENTIRA POR UN ALMA DESGRACIADA?

NO TIENDO A ARREPENTIRME, SERÍA COMO NEGARME A MI MISMA, PERO... LO ACEPTO, ME EQUIVOQUÉ PROFUNDAMENTE CON EL SER MAS DESPRECIABLE Y SI, ME ARREPIENTO DESDE EL FONDO DE MIS TRIPAS, DONDE EL ALIMENTO SE VUELVE MIERDA, AHÍ ES DONDE SE QUEDA POR HIJOEPUTA.

NADIE LE CONOCE ESA CONDICION, LOS PSICÓLOGOS DICEN QUE EL PSICÓPATA ES ENCANTADOR. QUE EL MITÓMANO NO SE DA CUENTA, QUE EL VIOLADOR NO DISFRUTA...

¿ELLA TAMBIÉN SE ARREPENTIRÁ? ALGO ME QUEDA CLARO, ELLA LO ODIA MÁS QUE YO. YO ANDABA PENSANDO EN EL PATO DONALD Y ENTRE LA BENEVOLENCIA DE MIS ACTOS LO HE PERDONADO. EL NO ES MAS QUE UN ENCAPRICHADO SER QUE CREE DISCULPARSE CON ACEPTAR SU PENDEJEZ PARA FASTIDIAR A OTROS CUANDO LOS OTROS NO SABEN QUE EXISTE.

EN SUS UÑAS ESTA LA VERDAD, LA PUDREDUMBRE DE SU ALMA QUE SATISFACE A ESCONDIDAS ENTRE SUEÑOS DEL MISMO SEXO. OCULTA TENTACION.

LO HABIA OLVIDADO, LO SE, CUANTO TE ODIO.


BUENO SEÑORES ES TODOS ESTE SOLO ES UN EJERICIO PARA DESESTRESARME.

domingo, 5 de septiembre de 2010

En la Fuente

Se hacia grandote, se hacía chiquito. Un chorrito maleducado. Lleno de nervios. Ancioso por desaparecer de la plaza.

Con la mirada puesta en una sola dirección, tal fuete en mano listo para flagelarse, el individuo en cero intentó dejarse fluir ante la más mínima expresión corporal con tal de no llamar su propia atención. Mezclado entre mujeres de ruidosas piernas y colectivos de introspección, tomaba su vaso con la mano seria y platicaba con la compañía de la otra.

Si claro, es un buen trabajo hablar del momento que se da con los orrendos pezones y las zarzamoras. Las fotografías con su misógino amigo, principal rechazador de mujeres, tan así que prefiere a los hombres. La percepción ha cambiado desde que me dí cuenta por mi mismo que toda sonrisa se vuelve alrevés al darse la espalda. Los "chelitos" no sirven.

Lloré cuando la vi torturar su propia boca. Fue la escena perfecta, en la mesa perfecta, con los tubos perfectos y el medio comer perfecto para verse como la convencional mujer, bien vestida, coqueta y maquillada. Lo que no es en una similitud.

Al percatarme de mis lágrimas, él estaba cada vez más cerca, fingiendo interés en el trabajo de los tubos. Sentía que me secaba cada una, más seco no pudo dejarme.

Manías del ayer, hago que no te tengo importancia mientras haces que no me tienes importacia... tú las traes.

Después de aquellas lágrimas por los 53 dias pasados, nada ha pasado. Me acordé hoy, que tonto pues, había olvidado que te olvidé.


domingo, 22 de agosto de 2010

PECES EN CACHITOS

Era demasiado temprano para levantarse. 7.50 de la mañana y la alarma como aturdía. En ese momento queria ser como la pantera rosa sacando un maso del cajon del  buro y madrearme al cucu.

El ya se habia disculpado y yo acepte que esta en su derecho de ironia como parte de su escencia chingativa y eso, la disculpa, es lo unico que necesitaba para no dejar de estar a su lado. Con la enorme pesadez de mis kilos, levanto una pierna, levanto la otra y llego a rastras a la regadera. Salgo a la calle con el peindao de salon que me caracteriza,ocultado por una boina gris, y camino sin rumbo aparente. Este destino no llegó.

Terminé en una agencia de autos con el oso a lado, tratando de entender los cálculos chupasangre de los créditos. Mejor sigo en mi combi. En el metrobus. Quise seguir sorprendida con la lista de mensualidades de intereses que dejó en mis manos el vendedor para no pasar a la sorpresa de ver su peluda barba sentada en aquel banco dentro del restaurante al entrar.

No había barba. No había orejas.No había pompón. La tarde transcurrió entre tallarines, pez crudo, te verde, rollos y cosas agridulces. Los complementos comenzaron a llegar. Entonces ella entró. La verdad comprobada, dos en un mismo cuerpo. Mi izquierda se omitió de la repentina realidad, se volvió a la aventura de su propia felicidad sin tartamudear, ver para afuera nunca fue tan entretenido.

Cómo la droga? si juro que no lo vuelvo a hacer! la melomanía no es un fuerte de mi perdonalidad, pero a su lado es un juego de niños... ociosos y borrachos adolescentes que ríen y juguetean a la más minima provocacion musical, soez y baja. Absurdo e inexistente a muchos oídos normales.

Obviamente no me creí el cuento de que tenía cosas que hacer.

Eventos próximos, teatro y ropa. Ahí te vas a aguantar. O me aguantaré yo?
Sólo quiero paz.

domingo, 8 de agosto de 2010

En el museo

Hoy comienZo a escribir una nueva historia, la de la desición.

Si bien pensando en que el miedo domina mi estómago, la simple necesidad de libertad me llena de júbilo. No puedo evitar sentir rabia o terror cuando se acerca ese agente que me tiene tan intranquilo.

Comienzo con otras letras y olvido que el refugio principal a mis simples ojos se ha vuelto el campo de batalla, de la desconfianza, del irrespetuoso afán por la intimidad propia. 
Conozco mis formas a escondidas, siempre a escondidas busqué la razón de vivir en 4 manos. El simple hecho de mirarme era razón de culpa. Pero me aferré. 
Con los años fui descartando la idea de que el paraíso se encontraba cuando uno moría. El paraíso esta en el amanecer, en las flores, en las sonrisas y en los olores. Esta en la Luna, en los abrazos, en las conversaciones, en el perdón y en la paz. Está en la desnudez, en las emociones, en el sudor de la tremenda sensación que me da cuando me haces el amor.
 
Esta en el maldito respeto que siempre pedí. En la ilusión de crear, de hacer mi propia verdad para q mi espíritu no se creyera perdedor u olvidado, cochino, sucio, bajo.

Libertad, cuanto te anhelo.    

jueves, 5 de agosto de 2010

Las tengo atoradas. Queman. Ahogan. No quieren salir, temen ser vistas. Temen la critica y la represión. No quisiera estar aquí. Hace frío. Entre las espinas yace el
calor del momento. El frío suelo por mis pies se pasea. Las paredes me miran xon insistencia, casi seguras de que están a punto de brotar.

Mídeme. Platícame de la playa, hablame de tus vacaciones, te extrañare, mas no puedo.
La luz es escasa, como el sueño, mucho cansancio igual a zombi. Mucho telón igual a teatro. Oigo su puerta, es como cuando esperas al Mounstro del closet aunque no venga por ti.
Sobre el derecho de mi vida aprendo. Me equivoco. Me vivo y me disfruto. Si nones vuelve grato lo cambio por un dolor distinto, pero tanto derecho como obligación tengo de embarrarme en la mierda para conocer almenos a que sabe, porque para hablar de ella se tuvo que haber comido un trocito.

Mares cruzas. Carreteras vuelas. Vías nadas. Purulento, sigue estupefacto, huele mal.
Duele pero no veden y me ahogan.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Entre números te veas

Cuento todo. Cuento los días y los chismes cotidianos. Cuento con amigos y enemigos. Cuento cada lunar que recuerdo. Cuento las veces que sales y entras. Las veces que te cacho mirandome. Cuento todas las llamadas, las quejas y mis gotas de sudor.

Cuento las cervezas de anoche, 6, tu edad, 35, tu peso. Cuento cuando faltan 10 para la 1. Cuento cuanta hambre tengo, es posible?

Te cuento que hacía un mes que no recordaba el tema. Me cuentas que estan en el mar. Me cuento a mi misma, no puede ser. Sí puede. Te cuento cómo me acordé y me evadió. No cuento cómo me adapto a la nueva filosofía, que bien puede fungir como la salida o la entrada. No estoy segura. En mi mente cuento cuantas veces canto. Canto cuantas veces puedo.

No puedo decir cuanto le extraño. No puedo contar cuánto me impacta aún. Mas puedo contar lo que mide su naríz. Puedo cantar cuanto recuerdo, caminando y en el tiempo las coincidencias que nos unieron. Cuento cuantas personas le dolieron, cuantas le hirieron y puedo contar que yo soy la única a la que no perdonó. La única a la que apuesto le teme más que a las ratas.

Cuento los días, 53, que no le veo. Cuento que en verdad no los había contado hasta ahorita. Todos me cuentan cosas diferentes, consejos, irreverencias, sus verdades; lo que no veo, lo que se presume. Cuento que van 3 lágrimas hasta ahora. Pero no las había contado hace 53 días! porque no habían vuelto por aquí. Cuento sus pasos, 1, 2, 3, 4, 5 y el azotón de la puerta del carro, enciende una vez, arranca, una vuelta a la derecha, 2 topes, una a la izquierda y lo perdí. De vista.


Mi veldad apuesta por contar siempre dos cuando sólo fue uno. Él contaba como 4, 5, cuando yo decía 2. Entonces comencé a contar 3. Él seguía contando más. Me quedé en el 2 1/2.

Mañana no contaré nada. Fingiré que sólo somos 4, cuando hay como 8 y no son las piernas. Mutilaré la molestia, sonreiré y no pregunré cuánto me extraña. Porque eso, ni él lo sabe